Marcos 1, 7-11
Dios nos recuerda que somos sus hijos.- Y esto es una realidad aunque pueda ser difícil de creer, pues, nuestras limitadas facultades no pueden entender que un Dios quiera que seamos sus hijos. Si Él es todo poderoso ¿para qué puede querer que nosotros, tan débiles, tan frágiles, tan llenos de miserias, seamos sus hijos? La única explicación sería: por amor. Porque nos quiere tanto - al fin y al cabo somos sus criaturas - que no quiere que ninguno nos perdamos. Y entonces decide hacerse nuestro Padre para protegernos, para cuidarnos, para salvarnos. Y nos manda a su "Hijo amado, en quien me complazco" para darnos la noticia y para llamarnos a que cambiemos de vida, a que vivamos de acuerdo con ese rango divino, a que seamos santos, como lo es Él. Y en el bautismo esa es su primera llamada, antes de que podamos comprenderlo. Hoy la Iglesia nos lo recuerda y reitera su llamado a la conversión, para que luchemos por alcanzar el fin para el que fuimos creados.
Propósito: Hoy sacaré pequeños espacios para recordar que soy Hijo de Dios, con muchos privilegios y prebendas, pero también con responsabilidades.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Enero 7 de 2018
J. RUIZ
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