UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran".
                                                                                                           Marcos 3, 7-12

      La compañía del ser amado y que nos ama hace que todos nuestros males desaparezcan.- Creo que por eso las multitudes seguían a Jesús, pues no todos estaban enfermos ni endemoniados. Es que Jesús se hacía querer. Su modo de ser, sirviendo a todos, ofreciendo palabras de consuelo, siempre dispuesto a escuchar, sin ninguna duda nos traman. Definitivamente es la mejor compañía que podamos tener. Y mantenernos unidos todos por su Palabra bienhechora es un deber para todos los cristianos. Sin embargo ya vemos todas las divisiones por las que la Iglesia ha atravesado a través de la historia, larga ya de veinte siglos: ortodoxos, católicos, luteranos, anglicanos, etc. Es nuestro reto hoy día, luchar para "que todos sean uno, para que el mundo crea", como dice Juan. Y orar con perseverancia al Padre para que eso sea posible, recordando aquello de que "sólo el que persevera, se salva".
Propósito: Hoy mi oración será por la unidad de todas las confesiones cristianas, como nos lo lo ha pedido insistentemente el Papa Francisco.
                       ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                   Jueves. Enero 18 de 2018
J. RUIZ