Marcos 2, 13-17
La llamada de Jesús es concisa, personal y perentoria: "Sígueme". O sea, seguir tras sus huellas, vivir como vive, hacer lo que hace, decir lo que dice.- Y, como es personal, la respuesta también tiene que serlo. Cada uno es quien debe decidir si responde o no, y cómo lo hace. Leví nos enseña, con su ejemplo, cómo debe ser esa respuesta: "se levantó y lo siguió". Sin preguntas ni condiciones, arriesgando la seguridad de su "zona de confort" por irse, talvez, a correr una aventura con alguien a quien ni conoce. Y, agradecido, organiza un banquete para presentárselo a sus amigos. Jesús lo escogió porque quiso, porque vio que en aquel corazón, públicamente considerado pecador, había un potencial que Él podría aprovechar en la instauración de su proyectado reinado del amor, de la justicia y de la paz. Y Leví, el gran Mateo, no fue inferior a la escogencia y se convirtió en uno de los pilares fundamentales de la Iglesia, continuando hoy, veinte siglos después, con su Evangelio, soportando la difusión de las enseñanzas del Maestro.
Propósito: Hoy, Señor, ayúdame a comprender tu llamada y dame generosidad para responderte.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Enero 13 de 2018
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