Mateo 10, 17-22
Ser mártir es ser testigo, cueste lo que cueste.- Con derramamiento de sangre o sin derramamiento de sangre, pero con perseverancia en la coherencia de mis convicciones. Si creo en la Palabra de Jesús y en que su vida es la forma en que se debe vivir, tengo que ser consecuente con ello, así se me persiga, así se me critique, así se me vitupere, así se me encarcele o así me cueste la vida, como al joven Esteban, sangre fresca con que se amasaron los cimientos de la Nueva Iglesia, cuando todavía estaba fresca la sangre redentora de Jesús. Esta reflexión no interrumpe la alegría de la Navidad, sino que la refuerza al pensar que el Espíritu Santo, si perseveramos, estará presente hasta el final, velando porque alcancemos la salvación, para la que fuimos creados.
Propósito: Hoy mi reflexión será acerca de cómo es mi vida de coherente con mis creencias.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Diciembre 26 de 2017
J. RUIZ
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