Mateo 13, 54-58
Indudablemente duele más la traición, la indiferencia y el desprecio de los familiares y amigos.- Y Jesús sabía que casi siempre es así. Ante la presencia de alguien que hace algo notable y admirable, podemos reaccionar de dos maneras: admirando y aplaudiendo y amando y queriendo seguir a esa persona. O envidiándola, demeritando su acción y despreciándola. Es lo que hicieron aquellos que tuvieron la dicha, pero no se dieron cuenta, de convivir y compartir con Jesús allá en Galilea. Y así seguimos reaccionando hoy. Si alguien en el hogar, en la comunidad, trata de sobresalir, de mostrar actitudes positivas, comenzamos a preguntarnos: Bueno ¿ y este qué? ¿se cree más que nosotros? Que no se le olvide quién es ni de dónde viene. Y así "no puede ser profeta en su tierra" como dijo Jesús. De todas formas no nos corresponde sino sembrar la semilla. De su germinación, crecimiento y desarrollo, ya se encargará el Padre, en el momento y de la manera que tenga previsto.
Propósito: Hoy viviré mi vida como creo que debe ser, sin hacer caso al qué dirán en mi familia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Agosto 4 de 2017
J.RUIZ
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