Mateo 14, 22-33
Como Pedro, tenemos que ser salvados de las aguas.- Porque, por nuestra poca fe, vivimos hundidos en las aguas procelosas y borrascosas de la vida en este mundo convulsionado por el mal en todo momento. Durante toda esta semana Jesús ha venido recordándonos la necesidad de la fe en el proceso de la salvación para el Nuevo Reino de justicia y paz que Él ha venido a instaurar en el mundo. Y, aunque la fe es un don gratuito de su infinita misericordia, sí debemos conservarla y aumentarla con nuestro propio esfuerzo, por medio de la oración y de la comunicación permanente con Él, para exponerle nuestras necesidades y para ir recibiendo de Él las instrucciones para seguir la voluntad del Padre, sin la cual nada nos será posible. Pero si, por cualquier motivo no lo hemos hecho, no nos desesperemos y confiemos plenamente en sus palabras: "¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!", y pensemos que "realmente Él es Hijo de Dios".
Propósito: Hoy, en la Santa Misa, pondré todo en manos de Dios y lo dejaré allí para que Él se encargue.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Agosto 13 de 2017
J. RUIZ
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