Mateo 15,21-28
Humildad, fe y perseverancia en ellas: clave para "vencer" a Jesús.- Él, cuyo corazón está hecho de ternura, perdón y misericordia, no puede ni siquiera pensar en resistirse a unos sentimientos como los de aquella extranjera que, sin pedir nada para sí, quiere la sanación para su hija. No se siente humillada por los "desplantes" de Jesús, pues tiene un motivo más grande y más fuerte que cualquier obstáculo: su amor de madre. Y esto la hace insistir, sin desistir, en su petición de auxilio, porque además sabe que Él sí puede ayudarla. Y lo consigue plenamente, y, de paso, la admiración de Jesús. Y de todas las generaciones que, a través de los años y de la historia, hemos conocido el relato maravilloso y la tenemos como modelo a tratar de imitar, sobre todo cuando vemos que nuestras peticiones parecen caer en saco roto y que no son tenidas en cuenta. Pero insistamos, con la fe y con la humildad, y también lo lograremos.
Propósito: Hoy insistiré en mi petición al Padre por aquel favor que, hasta ahora, parece no haber sido escuchado, pero sin olvidar que debe hacerse su voluntad y no la mía.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Agosto 20 de 2017
J. RUIZ
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