Mateo 16, 13-19
Los pilares fundamentales de la Iglesia no tenían nada de extraordinario.- Al menos en su apariencia de hombres de su tiempo, Pedro y Pablo eran comunes y corrientes. Talvez demasiado corrientes. Pero tenían algo que sí los distinguía entre los demás: eran hombres sin doblez, espontáneos y generosos, capaces de jugarse la vida por una amistad o por una convicción, sin dudar ni un instante. Así como decían las cosas como las veían o como les parecía que eran, también tenían el suficiente carácter para reconocer cuando se equivocaban y para rectificar lo que fuera necesario. O lágrimas para llorar amargamente la cobardía de una negación. O la audacia para decir: "ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí". Por eso la Iglesia hoy celebra su fiesta y exalta su memoria para reconocer, una vez más, que Jesús sabía lo que hacía cuando sobre sus hombros dejó la responsabilidad de hacer extenderse el Reino de Dios por el mundo y hasta la consumación de los siglos. Modelos a seguir.
Propósito: Hoy procuraré tener muy presente en mis oraciones al Papa Francisco, a nuestro Obispo y a nuestro Párroco, para que el Buen Padre los acompañe siempre permitiéndoles iluminar nuestro camino.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Junio 29 de 2017
J. RUIZ
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