Mateo 6, 7-15
Para que la oración tenga todo su valor hemos de hacerla vida en nosotros.- Y pedir lo que verdaderamente vale la pena. Y en el Padrenuestro, la oración maravillosa que el mismo Jesús tuvo a bien enseñarnos, vemos que lo importante de verdad es: "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo". Hacer la voluntad de Dios es amarlo, es amar a los demás, es perdonar, es ayudar al que lo necesita sin pretender nada a cambio, es denunciar la injusticia que se comete contra uno o contra el hermano, es acoger al refugiado, al desplazado, al que no tiene en donde estar, es ser misericordioso. Si ponemos a Cristo en el centro de nuestra vida, creo que se nos hará más fácil decir: "Padre nuestro..." y, sin muchas arandelas y discursos, seremos perdonados y acogidos por el Padre, el Padre-Madre de la parábola del Hijo Pródigo, o del Padre Misericordioso.
Propósito: Hoy, al rezar el Padrenuestro, seré consciente de que estoy diciendo, Padre nuestro, y no, Padre mío.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Junio 22 de 2017
J. RUIZ
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