"...En aquel tiempo Jesús Decía: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".
Mateo 5, 43-48
Amar, y actuar en consecuencia, es lo único que nos hará parecernos a Dios.- Y así podremos cumplir con el mandato que hoy nos dá Jesús: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial". En la cruz, que es donde está la vida, no hay lugar para el egoismo, ni para la violencia, ni para las riquezas acumuladas sobre las carencias de los otros. Sólo hay lugar para la entrega por amor y hasta la muerte, si es preciso. Sus brazos acogedores no invitan sino al abrazo protector, consolador y misericordioso. Y que sea un abrazo en el que quepan todos: amigos y enemigos, blancos y negros, pobres y ricos, fracasados y exitosos, compartiendo en comunidad, como en los viejos tiempos, lo poco o mucho que se tenga. Entonces, el el Nuevo Reino de la Buena Nueva habrá comenzado a ser entre nosotros.
Propósito: Hoy haré un espacio para pensar un poco en eso de amar a los enemigos, y en el poco valor que puede tener el amar a los que nos aman.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Junio 20 de 2017
J. RUIZ
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