Mateo 13, 1-9
La gente buscaba a Jesús para oirle, tenía sed de sus Palabras.- Como ayer, las multitudes siguen queriendo oir palabras que den sentido a su peregrinar sobre la tierra. Por todas partes vemos a las gentes asistiendo a cursos, seminarios, a iglesias. Y la Palabra de Dios, la semilla que El Sembrador provee, nos está llegando por todos los medios posibles: predicaciones, ejemplos, lecturas, medios electrónicos, etc. Para que los frutos se comiencen a ver es preciso que la disposición de cada uno esté abierta a la escucha y a la vivencia de esa Palabra. Si sólo la oímos como quien oye llover, talvez se olvide apenas termine la "lluvia"; si no hay esa disposición manifiesta, no tendrá dónde echar raíces y pronto se secará; si se deja envolver por las "malezas" y embolates de este mundo apresurado, se ahogará y desaparecerá sin frutecer. Solamente si la tierra receptora se humedece y se abona con la oración sincera y frecuente, podrá la semilla crecer sana y robusta para rendir frutos hasta al ciento por uno. Acoger, orar y servir, así se dará el frutecer.
Propósito: Hoy sacaré algo de tiempo para pensar en Jesús y su Palabra.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Julio 24 de 2019
J. RUIZ
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