Mateo 11, 20-24
Cuando se nos reprende con motivo tenemos que callar.- Como los amigos de Corozaín y de Betsaida que, a pesar de las maravillas que Jesús había obrado allí, seguían empeñadas en su incredulidad y en su vida licenciosa, en lugar de agachar la cabeza humildemente, reconocerse culpables y arrepentirse, para que "gusten y vean cuan bueno es el Señor" que, impulsado por su misericordia infinita, siempre perdona y ayuda a quien se quiere levantar, después de la caída. Humildad, dolor por haber ofendido a quien semejantes muestras de amor nos ha dado, a Jesús que hasta su vida la entregó por nosotros, deben llevarnos a dar muestras verdaderas de arrepentimiento, de no repetición (como dicen ahora) y de reparación por las faltas cometidas. Sólo así el perdón será efectivo y lograremos la paz para nuestros corazones endurecidos y que será compartida con todos los que nos rodean .
Propósito: Hoy pediré perdón a Dios por mi persistencia en no querer ver todo lo que diariamente hace por mí, e invocaré su ayuda para cambiar de actitud.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Julio 16 de 2019
J. RUIZ
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