Mateo 8, 23-27
Las aguas procelosas del mar agitado de la vida siguen amenazando nuestra pobre barca.- Pero Jesús, que conoce su poder y nuestra debilidad, no se inquieta al ver la cobardía con que enfrentamos las olas que amenazan con hundirnos y sepultarnos en las profundidades del mal. Sin embargo nos increpa por la falta de confianza en Él que tantas veces nos ha dicho que no tengamos miedo, que tengamos fe, que Él estará siempre con nosotros hasta la consumación de los siglos. Pero es que no acabamos de entender, y, por lo mismo, de creer, quién es Él y cuál es su poder. Tantas veces hemos visto que "hasta los vientos y el mar le obedecen" que ahora no nos queda más remedio que creer. Creer que somos nada, que nada podemos, sin la ayuda de Aquel que lo puede todo. ¡Fuera el miedo! No estamos solos, estamos seguros y las tempestades de la vida no nos asustan. Creamos y sirvamos a Dios y a los demás, y todo lo podremos.
Propósito: Hoy pediré a María la confianza necesaria para abandonarme en las manos del Señor como ella lo hacía.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Julio 2 de 2019
J. RUIZ
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