"Para que nunca busque recompensa
al dar mi mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.
Para que no me busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra
en el desierto de mi corazón".Amén.
Ningún gesto que hagamos ni nada que dejemos por el nombre de Jesús o "por uno de estos pequeñuelos", que son sus preferidos, se quedará sin recompensa en este mundo; y en el venidero, tendrá la vida eterna. Pero...Hay un pero. Dos palabritas que hacen falta para completar la frase: "con persecuciones". Dios no se deja ganar en generosidad y cualquier cosa que hagamos por él o por uno de los suyos, la compensará al ciento por uno. Pero es exigente: hay que dejarlo todo...pero sólo lo que nos estorba para servir a Él y a los demás como si de Él mismo se tratara. No esperemos recompensa por lo que hagamos por otro: eso automáticamente va a quedar registrado a nuestro favor en la cuenta del tesoro que tenemos para el otro mundo, donde el dinero de esta tierra no es moneda corriente.
Propósito: Hoy no me fijaré en qué puedo hacer por otro: simplemente, si puedo, lo haré.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Marzo 5 de 2019
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario