"...Entonces se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan".
Mateo 9, 14-17
Los aguafiestas de siempre también están entre los amigos de Jesús.- Como los seguidores de Juan, que no entienden que han llegado tiempos nuevos, que las cosas han cambiado, que Jesús vino a "darle cumplimiento a la Ley"con estrategias nuevas, dejando de lado la vieja religiosidad de ayunos, penitencias y renuncias, cambiándolas por la Buena Nueva del perdón y de la misericordia del Padre bondadoso. Y, desgraciadamente, en nuestra Iglesia Católica, hoy, con la llegada de los vientos nuevos que ha traído el Papa Francisco, en buena hora designado por la gracia del Espíritu Santo, se sigue viviendo esa situación. Muchas de las viejas jerarquías quieren continuar de luto en una iglesia triste, cuando, por la Buena Nueva, la Iglesia está de fiesta, en una fiesta que debería continuar hasta la consumación de los siglos porque el Mesías prometido, el Vino Nuevo, ha llegado, con su Palabra redentora.¡Alegrémonos, ha venido el Señor!
Propósito: Hoy procuraré hacer visible mi alegría, entre los que me rodean, porque vivo una vida nueva.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Julio 8 de 2017
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario