"...En esa oportunidad, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Mateo 11, 25-27
La sabiduría no es cuestión de sabios y estudiosos: es cuestión de humildad para recibir el mensaje del Padre.- Y si no, recordemos a María quien, callada y humildemente, guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón, y atesorando, sin alharacas ni aspavientos, la sabiduría de las cosas eternas que el Padre Bueno, enamorado de su humildad, compartía con ella, para su propio bien y el de los que a ella se acogen sin condiciones. Por eso debemos alejar de nosotros la soberbia que nos hace creer que todo lo sabemos y el egoísmo que nos convence de que todo gira alrededor de nosotros, que los demás no importan y que no tenemos porqué compartir con nadie nuestros bienes y saberes. Hacernos "humildes y pequeños" para que el Padre nos vea "grandes".
Propósito: Hoy y siempre sólo trataré de reflejar quién está siempre conmigo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS ESTÁ VIVO Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Julio 19 de 2017
J. RUIZ
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