Mat. 9, 32-38
Jesús se compadecía de la muchedumbre porque veía y sentía sus angustias.- ¡Y las curaba! Y por eso los fariseos, que no eran capaces de compasión, no encontraban otra explicación que decir que todo ese poder era en nombre del Príncipe de los demonios. Ellos no entendían el poder del Perdón y de la Misericordia. Seguramente que a Jesús le daría tristeza al ver cómo eran tergiversadas sus acciones, pero de todas maneras sentiría el gozo y la alegría de aquellos a quienes sí llegaban sus Palabras y su gracia sanadora y sólo sentiría que hacían falta más trabajadores en la expansión del Reino que ya estaba listo para la siega. Por eso debemos convertirnos en obreros orgullosos de esa empresa, respondiendo prontamente a la voz de "sígueme", como lo hicieron los discípulos en su época.
Propósito: Hoy mi oración al Padre será: ¡Señor, envía operarios a tu mies!.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Julio 11 de 2017
J. RUIZ
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