Juan 13, 31-33ª, 34-35
Locura para unos, sabiduría para otros, pero eso es lo que debe distinguirnos a los cristianos de quienes aún no lo son. Y digo: de quienes aún no lo son, porque Jesús quiere que el Reino del amor, de la paz y de la tranquilidad sea para todos, sin excepción. Y un día ese Reino alcanzará la plenitud. ¿Qué sería de este mundo si tantos y tantas, a través de los siglos y en todos los lugares, no estuvieran ya viviendo ese amor los unos por los otros? Si no hubiera tantos verdaderos cristianos ocupándose incondicionalmente de los enfermos, de los abandonados, de los ancianos, de los refugiados, de los prisioneros, entonces sí tendríamos motivos para ser pesimistas. Mientras tanto procuremos también, cada uno de nosotros, contribuir, de alguna manera, a que el Proyecto del Padre, del Reino del Amor, se propague como levadura por toda la masa.
Propósito: Hoy pediré al Buen Dios me contagie de la locura del perdón y del amor que Él instauró un día desde el trono de la Cruz.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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