Nadie ha dicho que el camino de la fe cristiana sea fácil. En varias oportunidades Jesús mismo se lo advirtió a sus amigos, hablándoles de persecuciones y malos tratos por causa de su nombre. Pero los retos, los desafíos, se les hace a los valientes, a los que tienen el corazón dispuesto a ir por más, a ir más allá y más arriba. A los que entienden que la amistad no se traiciona. Y a los que saben, sienten y creen, como Pedro, que no hay más a dónde ir. "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna". Hagamos el esfuerzo y entendamos que la Eucaristía no es una "acto de canibalismo". El cuerpo y la sangre de Jesús, que allí vamos a recibir, no es su carne y sangre mortales: ¡Él resucitó! Su cuerpo y sangre son gloriosos, dan vida, porque han vencido a la muerte y si los comemos y bebemos, también nosotros la venceremos y no moriremos más.
Propósito: Hoy repetiré con Pedro, cada que lo recuerde: "Señor, a quién iremos?".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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