Juan 13, 16-20
Y Jesús nos envió a todos a proclamar el Evangelio de la Buena Noticia de la salvación. Todos los cristianos tenemos esa misión, sin necesidad de ser personas "consagradas" (sacerdotes o monjas). Porque ese encargo lo podemos desarrollar en cualquier medio o en cualquier lugar donde nos desenvolvamos, bien sea en el hogar, en el vecindario, en el colegio o la universidad, o en el lugar de trabajo. Cualquier hora o cualquier lugar es bueno para proclamar las grandezas y la gloria del Padre misericordioso que nos quiere tanto que envió su único Hijo a sufrir y a morir para cancelar nuestra deuda. Así que acojamos a los que, con su palabra o con sus actos, nos están haciendo llegar el mensaje del Padre, porque, acogiéndolos a ellos, lo estamos haciendo con "Aquel que me ha enviado". Cantemos la gloria y la misericordia de Dios sirviendo a los hermanos, como Él mismo tantas veces nos lo enseñó.
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré atender al que me hable de Dios, como a su enviado.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Abril 21 de 2016
J. RUIZ
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