El debate promovido por Jesús sobre cómo fundar un Reino en contravía de todos los modelos existentes en aquella época, no lo hizo ante las grandes personalidades representativas del poder o del estado, sino con un puñado de hombres y mujeres que representaban de la mejor manera al pueblo raso, al pueblo común y corriente. Eran personas sin mayores reconocimientos, pero honestas y con un corazón apasionado y abierto a aprender los unos de los otros, sin pretensiones de querer imponer nada a nadie. Tanto los hombre como las mujeres contribuían como mejor podían a la buena marcha del camino emprendido por Jesús, en quien tenían una confianza ciega, que Él se había ganado con su amor y compasión desinteresados y gratuitos. Este es el modelo de comunidad que debería funcionar en nuestras parroquias actuales en donde la única norma debería ser: oración, acogida y servicio. Era como lo que hacía Jesús, ¿o no?.
Propósito: Hoy procuraré compartir con quien pueda estas ideas.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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