La liturgia de este domingo nos invita a la alegría: "Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis...", dice la antífona de entrada. No es para menos si pensamos en lo que el Evangelio nos recuerda: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna". ¿Qué más necesitamos para estar alegres? Por amor nuestro Padre nos dará la vida eterna. No tenemos sino que recibirla. Aceptemos su Palabra, recibamos su luz para que mostremos que no amamos las tinieblas y que nuestras obras son buenas. La Iglesia en este tiempo de Cuaresma nos lo recuerda constantemente y esa es, precisamente, la justificación de su presencia en el mundo: recordarnos que el amor de Dios nos ha sido dado, no por nuestros méritos, sino únicamente por su bondad y misericordia.
Propósito: Hoy trataré de no olvidar en ningún momento que Dios me ama, no porque yo sea bueno, sino porque Él lo es.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Marzo 15 de 2015
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario