Juan 13, 21-33.36-38
La liturgia de hoy trae un Evangelio que habla de noche, tinieblas y traiciones. Cuando Judas, después de recibir de manos de Jesús el bocado con el que lo señalaba como el que lo había de entregar, salió de donde celebraban la cena, era de noche. Y cuando Pedro niega a Jesús ante los sirvientes del sumo sacerdote, también era de noche. Cuando, por cualquier circunstancia nos alejamos del Maestro, siempre habrá oscuridad y tinieblas, siempre será noche. Judas comete su falta por avaricia que le ciega y le lleva a ser hipócrita y a dejarse poseer por la soberbia que no le permite volver atrás. Pedro hace lo que hace por cobardía y físico miedo. Pero su buena voluntad, nobleza, amor y generosidad, le permiten arrepentirse, llorar amarga y humildemente y volver para convertirse en la roca inexpugnable en que Jesús edificará su Iglesia. Escojamos nosotros la actitud que queramos llevar en adelante: la una nos llevará a las tinieblas de la noche eterna y la otra, a la luz resplandeciente de la gloria sin término del Reino de los cielos.
Propósito: Hoy pediré al Señor me permita vivir siempre a la luz de sus palabras para poder derrotar la oscuridad.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Marzo 31 de 2015
J. RUIZ