Lucas 8, 1-3
No es concebible el Reino de Dios sin las mujeres.- Y aquellas de que habla el Evangelio ¿porqué fueron escogidas para seguirle, apoyarle y asistirle? No fue por sus riquezas o poder, o por su preparación académica. Dice el Evangelista que eran mujeres "que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades". Eran mujeres comunes y corrientes, como los doce discípulos, que también le seguían. Pero tenían en común, entre ellas y con ellos, que le amaban y confiaban en Él. Y estaban agradecidas y por eso querían conocerle cada día más. Por eso le seguían y no se perdían de su Palabra, para poderle conocer mejor, y así su amor y su fe se aumentaban. Y también el gozo de poder servirle, sin importar la jerarquía que pudiera darles entre la comunidad. Y así, hoy en día, el puesto que la jerarquía de la Iglesia les asigne, no quita ni añade nada a la grandeza de su espíritu de servicio desinteresado. Si acaso, habla de lo equivocada que puede estar la jerarquía. Imitemos su ejemplo y aprendamos de ellas que el amor es servicio, perdón y misericordia.
Propósito: Hoy quiero pedirte, Señor, la fuerza necesaria para imitar a aquellas mujeres que, sin esperar nada a cambio, se han dedicado a servirte y a servir a los demás, a través del tiempo y de la historia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Septiembre 20 de 2019
J. RUIZ
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