Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos”.
Juan 17, 20-26
Jesús sigue pidiendo al Padre por la unidad de los cristianos, que nos haga comunidad entre nosotros como el Hijo y el Padre lo son.- Es que, como veíamos, la unidad es necesaria para que nuestra felicidad sea completa, al comprender que el amor del Padre y del Hijo por nosotros es total y que no quieren que ninguno de nosotros nos perdamos, sino que nos convirtamos y vivamos. Y para que veamos que en su corazón sólo estamos nosotros. Solo nosotros y nuestras necesidades ocupamos ese corazón que ha sabido darlo todo, hasta la última gota de sangre, por nuestro rescate de las garras del maligno. Y para que entendamos, también, que un amor así, sólo con amor se paga. Que tenemos una deuda de gratitud impagable, pero a la cual sí podemos hacer abonos con nuestra disposición a amar y servir a los demás como si de Jesús mismo se tratara.
Propósito: Hoy quiero renovar mi disposición a servir con alegría a quien tenga oportunidad.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Junio 6 de 2019
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario