Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estas ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.
Mateo 6, 1-6.16-18
La hipocresía no ha de ser nada buena puesto que Jesús nos previene tantas veces contra ella.- Son las segundas intenciones que tantas veces ocultamos detrás de apariencias inocentes y vician de deshonestidad nuestras actitudes. Como cuando oramos, o ayunamos o hacemos alguna caridad ostentosamente, solamente para que se note lo que hacemos. Jesús, nuestro Maestro de vida, nos dice que, al contrario, nuestras buenas obras deben ser hechas con bajo perfil, sin bombos ni platillos, únicamente con la intención de servir, con amor y alegría, primero a Dios, que todo lo ve, y luego a nuestros hermanos más necesitados, "porque de ellos es el Reino de los cielos". Y con la esperanza cierta de que de esa manera estamos contribuyendo a la difusión del Reino de Dios y su justicia, y, como a Él nadie le gana en generosidad, seremos justamente recompensados.
Propósito: Hoy revisaré la honestidad que hay en algún servicio que pueda prestar a alguien.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Junio 19 de 2019
J. RUIZ
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