"...Mas Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices? Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra. E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más".
Juan 8, 1-11
Arrepentimiento, perdón y misericordia.- Palabras todas que nos hablan del tiempo de Cuaresma, de la hora de la conversión. Palabras que nos dicen de no juzgar a los demás porque, aparte de que nadie nos ha nombrado jueces, ninguno tenemos la conciencia tan limpia como para ir a acusar a otro. Y nos recuerdan, también, que la misericordia de Dios se llama Perdón, y que "setenta veces siete" son poquitas para perdonar a quien nos haya ofendido. El perdón, como el amor, no tiene límites, no tiene medida: o es total o no es. Y que es para todos: hombres y mujeres, ricos y pobres, blancos y negros, porque, lo mismo que la salvación, es un programa inventado por Dios para toda la humanidad. Y en nuestro país, tiempo de consolidación de la paz perdida hace tantos años, tenemos que ser conscientes de que, si no perdonamos, si no olvidamos las ofensas que nos hubieran podido causar, no será posible lograrlo. Reconciliación y perdón. Si no, el caos continuará. Pongamos un granito de arena y dejemos de "tirar piedras" para que no rompamos ningún techo de vidrio.
Propósito: Hoy revisaré y trataré de olvidar cualquier mal recuerdo que pueda tener de alguien.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Abril 3 de 2017
J. RUIZ
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