Mateo 26, 14-25
Somos malos negociantes: tasamos el máximo bien en treinta míseras monedas de plata.- Y lo hacemos a cada rato: cada que preferimos un poco más de bienestar para nosotros, en lugar de buscarlo para los más necesitados de él; cuando no nos importa el hambre que puedan tener los lázaros de todos los tiempos, con tal de poder nosotros saciar nuestros apetitos de gula y de lujuria; cuando no nos damos cuenta de los desplazados que llegan a nuestra puerta buscando un poco de arraigo en otra parte; cuando somos insensibles ante el maltrato de que son víctimas los niños y las mujeres...y en tantos otros casos en los que nos dejamos guiar por las apariencias de los abalorios que nos ofrece el mundo del egoismo, del individualismo y del confort en que vivimos, sin recapacitar para nada en que realmente no tienen ningún valor más allá de sus efímeras apariencias. Estamos entregando lo que verdaderamente tiene valor, a cambio de nada. Pensemos, en estos días santos, en el amor sin límites que llevó a Jesús hasta más allá de la vida y en que la mejor manera de tratar de retribuir un poco de él, es sirviendo a los más necesitados incondicionalmente y por amor a Él, pues siempre han sido sus preferidos. Intentémoslo, es tiempo de conversión.
Propósito: Hoy me preguntaré y responderé honestamente: "¿Seré yo, Maestro?".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Abril 12 de 2017
J. RUIZ
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