Juan 12, 1-11
Cuando se ama, se busca siempre lo mejor para el amado.- Es lo que nos enseña el gesto de María al derramar sobre los pies de Jesús un frasco grande con el perfume más costoso de entonces, y al enjugarlos con sus largos y hermosos cabellos. Lo mejor para el que amo. En ese caso no importa cuánto, no importa cómo, no importa dónde. Pero debe ser lo mejor que yo pueda darle. Estamos en los días previos al Gran Misterio Pascual, precisamente el misterio del Amor. Talvez sea hora de que nos cuestionemos a nosotros mismos frente a la actitud generosa, valiente y decidida de María para honrar a su Jesús.¿Estamos, como ella, dispuestos a darlo todo, a dar lo mejor de nosotros, para honrarle, como se merece quien lo dio todo por mí, hasta el sufrimiento inimaginable y la muerte ignominiosa en la Cruz? Que no nos importen las críticas y los comentarios mal intencionados de los que no aman, pues ellos no podrán comprender nunca un gesto como ese. Identifiquemos el rostro y los pies cansados del Maestro en los de los pobres y excluídos de hoy, y encontremos la forma de procurarles algún alivio, algún descanso, en su continuo caminar. Es la mejor manera de decirle a Jesús que lo amamos y que queremos que viva en nuestro corazón.
Propósito: Hoy procuraré descargarme, de una vez por todas, de cualquier resentimiento que pueda estar guardando contra alguien.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Abril 10 de 2017
J. RUIZ
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