![La Transfiguración](https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEibq6onDhKGcgPl-8GwnrRVBid-B7mImWP0SI89E4MLeSjyh1HiXqNb1IRzQrJpOOc2SuH08lokG-dCi3M90jWH5Ro1SiP_mbYaO1xs8zC-ulu7sKspBlZ44mI7dGD_64KtusL6oNsell2WrTgZLJHzR50zJ3Z21azsMmTuD3L9uLm_ot-u_r3QvA=s0-d-e1-ft) |
La Transfiguración |
"...En aquel tiempo toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle. Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: Levantaos, no tengáis miedo. Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos".
Mateo 17, 1-9
En los días anteriores hemos visto, en las lecturas del Evangelio, cómo es de necesaria la fe para nuestra vida espiritual, para poder alcanzar ese Reino que Jesús ha venido a traernos. Y hoy Él quiere darnos a conocer una pequeña muestra de las maravillas de ese Reino. Para ello escoge el lugar que siempre busca para hacer oración, para estar en comunicación cercana, íntima con su Padre: la montaña. Un lugar alto y un poco alejado del bullicio y del corre-corre cotidiano. Allí hace sentir a sus apóstoles más cercanos una paz tan inefable en su presencia, que ellos quieren permanecer ahí por siempre. Allí, en la oración, en nuestro encuentro especial y tan frecuente como sea posible, con nuestro Padre, podremos gustar también nosotros de esa paz y de esa dulzura inenarrables, si de veras acogemos su Palabra: "Este es mi hijo amado, en quien me complazco; escuchadle. Levantaos, no tengáis miedo."
Propósito: Hoy tendré presente que SÍ vale la pena la lucha por el Reino de Dios y su difusión.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Agosto 6 de 2014
J. RUIZ
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario