Parábola del banquete nupcial |
Mateo 22, 1-14
El Rey del Reino de los cielos, nuestro Padre bueno, nos invita a todos al banquete de su hijo: a los familiares, a los amigos de la familia, a los amigos de su Hijo, a los conocidos, en fin, a todos. Él hace la invitación pero somos nosotros los que la aceptamos o no. Y ya vemos cómo muchas veces nos inventamos excusas, reales o no, para no aceptar: tenemos una reunión y no hay tiempo para la misa; tenemos que ir a recibir un lote de mercancía que compramos y no podemos faltar sin perder el negocio. Bueno, cuando uno no tiene interés en algo es fácil conseguir la excusa para no hacerlo. Pero pensemos en que esta invitación a disfrutar del Reino es lo más importante, mejor dicho, lo verdaderamente importante, que nos puede pasar. No perdamos esa oportunidad. Escuchemos, acojamos y aceptemos esa llamada; usemos el vestido de la gracia divina, que también nos es dado por gratuidad, junto con la invitación, y disfrutemos del banquete del amor, la paz y la justicia, que es el Reino de Dios.
Propósito: Hoy leeré con más atención la Sagrada Biblia, dispuesto a escuchar y a reconocer y a aceptar la invitación de mi Padre.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Agosto 21 de 2014
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario