UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

El tributo del templo      "...En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús: Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día. Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Contestó: Sí. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños? Contestó: A los extraños. Jesús le dijo: Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti".                                                 Mateo 17, 22-27        A un buen cristiano no se le olvida que, aunque no es de este mundo, está en él, su vida transcurre en él. Y que debe cumplir con las normas y obligaciones que, para una buena convivencia, determinen las autoridades competentes. Así nos lo enseña Jesús hoy al proveer a sus apóstoles con qué pagar el tributo al templo, aunque no se sienta obligado a ello. Y así debe ser: un buen seguidor suyo, debe ser un buen ciudadano. Y si se tiene la oportunidad, de alguna manera, de participar en la toma de decisiones, no debe olvidar, de ninguna manera y en ningún momento, que debe estar alejado de la corrupción y que todas las normas deben estar basadas en la Ley eterna de Dios, y deben propender por la dignidad humana. Propósito: Hoy revisaré cómo es mi cumplimiento de las normas ciudadanas, y si mi participación, así sea únicamente electoral, se ajusta a los parámetros cristianos.                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !                                                                     Lunes. Agosto 11 de 2014 J. RUIZ