UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

Seguir a Cristo     "...En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del Hombre con majestad".                                         Mateo 16, 24-28        Tres condiciones muy puntuales, y en un orden lógico y estricto, pone Jesús para quien quiera acompañarle: negarse, cargar y seguir. Negarse a sí mismo: es decir reconocer su nada, saber que no se es nadie y considerar que el otro es mejor que yo. Si no podemos hacerlo, tampoco podremos seguir a Jesús. Cargar con nuestra cruz: los pequeños o grandes sacrificios que se hacen por amor. El sacrificio, el sufrimiento, por sí mismos no sirven de nada. Dios no es sacrificio ni sufrimiento: Dios es amor, y, como dijo alguien: "En lo que se ama, o no se sufre, o el mismo sufrimiento es amado". Y seguirle. Si nos quedamos estáticos, parados, no llegaremos a la cima del Calvario. Atrevámonos, intentémoslo, sin temor. Que si la cruz se hace pesada y el camino se empina más de la cuenta, ahí estará Jesús quién nos dijo: "Venid a mí los que estéis cansados y afligidos que yo os aliviaré". Propósito: Hoy examinaré especialmente aquello de negarme a mí mismo.                        ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !                                                                         Viernes. Agosto 9 de 2013 J. RUIZ