La corrección fraterna |
Mateo 18, 15-20
El cristiano no debe callar, talvez por un falso sentimiento de caridad, cuando alguien está cometiendo un error. Las correcciones son necesarias para enderezar el camino que se ha torcido. Pero deben hacerse con humildad, sencillez y caridad, evitando, en cuanto sea posible, las molestias a que pueda haber lugar, y sin olvidar aquello de la viga en el ojo. Como también con caridad, humildad y sencillez deben recibirse, cuando el error sea de nuestra parte. El perdón siempre es posible, si lo solicitamos con humildad en la oración y el Sacramento de la Reconciliación. Y, si la oración personal es indispensable, la oración comunitaria es más valiosa ante el Padre, porque Jesús, su Hijo amado, estará allí en medio de quienes así la hacen.
Propósito: Hoy aceptaré con gusto alguna llamada de atención que se me haga.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Agosto 14 de 2013
J. RUIZ
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