Cambiar al mundo sin hacer ruido |
Mateo 5, 43-48
El desconcierto que causó Jesús en su tiempo con estas palabras es el mismo que seguimos sintiendo hoy cuando las escuchamos: "Y a éste ¿qué le pasa, está loco? ¿Cómo es eso de que voy a amar a mi enemigo, a aquel que me ha hecho daño? No. Lo que hay que hacer es ver cómo nos la desquitamos; o, cuando mucho, no volverle a hablar, no determinarlo más. Pero ¿quererlo? No. Creo que no". Pero, si miramos con cuidado vemos que Él tiene razón: si hacemos bien a quien nos quiere, a quien nos hace bien a nosotros ¿qué gracia, qué mérito tendremos? Ninguno. Eso lo hace cualquiera, sea cristiano o no. Se trata es de marcar la diferencia devolviendo un bien, a quien nos hace un mal. Ese es el amor verdadero: el que ama sin pensar en nada más, sin fijarse si existe alguna retribución por lo que se hizo, sin darse cuenta, siquiera, de lo que se hizo. Tengamos presente la norma de San Agustín: "La medida del amor es amar sin medida", y sólo así nos acercaremos, aunque sea a años luz, a los parámetros que nos fijó Jesús: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".
Propósito: Hoy, si alguien me ofende, procuraré dar las gracias con una sonrisa.
¡ FELIZ DÍA,JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Febrero 23 de 2013
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario