La semilla que crece |
Marcos 4, 26-34
En este AÑO DE LA FE pidamos mucho al Buen Dios que haga crecer en nosotros esa semillita, la fe, que, como Él mismo nos dice, puede ser la más pequeña de las semillas, pero también puede germinar y crecer hasta hacerse un gran árbol a donde lleguen las aves a anidar en sus ramas. Y no nos desanimemos si los resultados que vemos nos parecen muy pocos o pequeños. Dejemos la soberbia y, con humildad, reconozcamos que no somos nosotros los encargados de hacerla crecer, sino únicamente de abonarla y de cuidarla. Lo demás es obra del Señor que hará según su voluntad, según su proyecto divino. Y lo mismo pasa con algún esfuerzo que nosotros hagamos por esparcir la semilla de la Palabra y de la fe para que pueda germinar en otros corazones: sólo tenemos que sembrarla y dar testimonio de ella con nuestra vida, que, de lo demás, el que todo lo puede se encargará a su debido tiempo.
Propósito: Hoy dejaré de preocuparme porque talvez no sienta que mi fe es verdaderamente sólida: el Señor se encargará.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Febrero 1 de 2013
J. RUIZ
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