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Nuestra parroquia dirigida por el Padre Dionisio Navarro y por todos quienes se sienten parte de ella, desean enormemente compartir contigo las experiencias de la nueva evangelización, en un municipio que agoniza por la pobreza y la violencia, pero que no para de soñar, nunca. SOLO A DIOS EL HONOR Y LA GLORIA....
jueves, 28 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
martes, 26 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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lunes, 25 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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domingo, 24 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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sábado, 23 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
Cambiar al mundo sin hacer ruido |
Mateo 5, 43-48
El desconcierto que causó Jesús en su tiempo con estas palabras es el mismo que seguimos sintiendo hoy cuando las escuchamos: "Y a éste ¿qué le pasa, está loco? ¿Cómo es eso de que voy a amar a mi enemigo, a aquel que me ha hecho daño? No. Lo que hay que hacer es ver cómo nos la desquitamos; o, cuando mucho, no volverle a hablar, no determinarlo más. Pero ¿quererlo? No. Creo que no". Pero, si miramos con cuidado vemos que Él tiene razón: si hacemos bien a quien nos quiere, a quien nos hace bien a nosotros ¿qué gracia, qué mérito tendremos? Ninguno. Eso lo hace cualquiera, sea cristiano o no. Se trata es de marcar la diferencia devolviendo un bien, a quien nos hace un mal. Ese es el amor verdadero: el que ama sin pensar en nada más, sin fijarse si existe alguna retribución por lo que se hizo, sin darse cuenta, siquiera, de lo que se hizo. Tengamos presente la norma de San Agustín: "La medida del amor es amar sin medida", y sólo así nos acercaremos, aunque sea a años luz, a los parámetros que nos fijó Jesús: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial".
Propósito: Hoy, si alguien me ofende, procuraré dar las gracias con una sonrisa.
¡ FELIZ DÍA,JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Febrero 23 de 2013
J. RUIZ
viernes, 22 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
¿Quién dice la gente que soy yo? |
Mateo 16, 13-19
"Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". Estas palabras hoy, cuando el mundo está a la expectativa por la elección de un nuevo Papa, deberían ser motivo de reflexión para los católicos que andamos alborotando porque, por alguna razón, el Papa actual no se acomoda a nuestros personales parámetros de lo que nos parece que debería ser, y ya estamos perfilando todas las cualidades que debería tener su sucesor. Se nos olvida que el ministerio petrino -"Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas "- fue conferido directamente por Jesús al Pedro que, después de su triple negación y de sus lágrimas de arrepentimiento, también lo confesó tres veces como Mesías e Hijo de Dios, no por sus méritos propios, sino porque "esto te lo reveló mi Padre que está en los cielos". Entonces, con verdadera fe, oremos al Espíritu Santo para que ilumine a quienes han de realizar la elección, y tengamos confianza en las palabras de Jesús que nos prometió que "Sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella", y que la barca de Pedro seguirá navegando con buen viento y buena mar.
Propósito: Hoy, y hasta la elección del nuevo Pontífice, haré diariamente una oración al Espíritu Santo, para que ilumine a los electores.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Febrero 22 de 2013
J. RUIZ
jueves, 21 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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miércoles, 20 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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martes, 19 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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lunes, 18 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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domingo, 17 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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sábado, 16 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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viernes, 15 de febrero de 2013
¡ NO CORTEMOS LOS ÁRBOLES NO MATEMOS LA VIDA !
El Árbol, símbolo de Vida y Comunión con Dios
Daniel 4, 20-22
Orlando VALDÉS CAMACHO
El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo, que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso y su fruto abundante, en el que había alimento para todos, debajo del cual vivían las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey , que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo , y tu dominio hasta los confines de la tierra
Daniel 4.20-22
Para Arturo Aragón, joven cristiano, todos los días tienen un misterioso encanto, todos los días resultan un regalo que Dios le da y que él lo siente cuando, al salir de casa, sus ojos contemplan el frondoso laurel que se levanta imponente a pocos metros del portal. Allí, en medio del gorjeo de los gorriones y el bullicio de los autos en su ir y venir matutino, con la luz del sol colándose desde el horizonte por entre las ramas, se regala unos minutos de oración mientras observa la magnificencia de aquel árbol que, como otros tantos que se extienden a ambos lados de la calle, cada mañana le da la bienvenida.
Sin embargo hoy, para sorpresa de Arturo Aragón, el laurel no está ahí para saludarlo, no está con el acostumbrado retozo de los pájaros y el rocío de la noche que termina. El hombre siente que algo se rompe en su interior, el encanto de una vida pasada toca a su fin. Pero su pesar es mayor cuando recorre con la vista la calle de izquierda a derecha y ve cómo la hermosa alameda, que durante años cobijó con su sombra los bancos coloniales que pululaban en las aceras, está desapareciendo al caer sus árboles uno a uno, cortados con modernos equipos. Incluso la enorme Ceiba al final de la calle ya recibe la primera poda.
Arturo se acerca rápido al grupo de obreros y después de preguntar quién es el responsable se dirige hacia donde está un señor grueso, con gafas en la punta de la nariz que contempla con detenimiento varios planos sobre una mesa portátil de aluminio. Arturo conoce el motivo de aquel desastre. El gobierno ha autorizado la tala de la antigua alameda para construir una calle más amplia que permita el paso de una mayor cantidad de autos ligeros y camiones de carga. Entonces pregunta si el gobierno estudió la posibilidad de realizar una circunvalación que sea capaz de cumplir con aquel objetivo sin necesidad de destrozar los laureles, pero el grueso individuo, sin mirarlo, contesta que es mucho más fácil y barato utilizar los espacios laterales de la alameda, que comenzar una obra tan costosa por las afueras de la ciudad.
Arturo no dice más, sabe que el individuo es otro de los tantos indolentes que apoyan las tontas ideas de quienes planifican el progreso a golpe de extinción. Regresa con la cabeza gacha y se sienta en el portal, no puede concebir que alguien pueda estar de acuerdo con destruir un sitio que es el símbolo de la localidad, no sólo porque ayuda a purificar el aire enrarecido, sino porque los árboles representan la vida, el establecimiento de las raíces del ser humano sobre la tierra, el acercamiento al cielo y la comunicación con Dios. En ese momento Arturo comprende que la deforestación que ocurre de manera desenfrenada en la cuenca del Amazonas y en la mayoría de los países de América Latina para sustentar las economías de las naciones poderosas, también, de manera peculiar y poco ortodoxa, está teniendo lugar en su país, en su provincia, en su ciudad. No importa que esa deforestación no sea masiva, pues cada árbol que se arranca significa que alguien morirá por contaminación del aire o falta de alimento. Las personas ateas y sin una visión racional del mundo, se han olvidado que el Señor del universo creó los árboles al tercer día del comienzo, mucho antes de que gracias a su misericordia y magnanimidad el hombre poblara la tierra. ¿Entonces, por qué destruirla?, ¿Por qué levantar un monstruo de cemento y asfalto donde la gente de bien puede mantener una estrecha relación con la naturaleza, una hermosa complicidad de amor con el espíritu mismo de la creación? ¿Acaso el árbol no representa también la familia, la capacidad del hombre de amar, de mantener sus vínculos con el pasado y su respeto por el futuro? Arturo suspira, sabe que no se trataba de negar el desarrollo, de no mejorar las posibilidades que pueda tener la comunidad de viabilizar su desenvolvimiento cotidiano, pero sí de hacerlo en común armonía con la naturaleza, buscando un equilibrio entre arquitectura, flora y fauna. Porque durante decenas de años esos árboles han sido la fuente de vida y el refugio para una multitud de seres vivos. Su ciclo de existencia representa la renovación constante del oxígeno, el alimento que beneficia directa o indirectamente al ser humano, y también, por qué no, la cuna donde nacen los sueños de aquellos que creen en el mejoramiento del mañana.
Fue su padre el primero en inculcarle el amor por la naturaleza, el que primero le enseñó el significado de las plantas a través de maravillosas lecturas bíblicas, quien le dijo que el hijo de Dios, por medio de parábolas y sabios preceptos, demostró a nuestros ancestros el poder manifiesto de la creación de los árboles. Quizás por eso desde muy temprano Arturo se propuso ser ingeniero Forestal. ¿Cómo resignarse entonces a que el hermoso paseo donde crecieron sus antepasados, los bancos donde los enamorados compartieron orgullosos sus primeros besos y donde la ternura de las hojas empujadas por el viento dibujaron formas increíbles, sea ahora un paraje descubierto, un espacio maltratado por el sol, el ruido y el humo de los autos? ¿Cómo asimilar que el hombre, encargado de generar proyectos que perpetúen la obra de Dios, el responsable de mantener vivas las esperanzas de una recuperación ambiental para las nuevas generaciones, es quien está destrozando el entorno y autodestruyéndose?
Con lentitud pasmosa, como si las piernas le pesaran una eternidad, Arturo entra y cierra la puerta. Luego se arrodilla junto a la cama y comienza una oración por el mundo, por su país, por su ciudad. Finalmente, con los ojos apretados para impedir que la lágrima salga, pide perdón por él mismo, porque en el fondo, por un inexplicable miedo que lo lleva a no hacer nada, él también se siente culpable.
Nota 1: Basado en un hecho real ocurrido en la década de 1970, cuando la calle Alameda, para asombro de sus vecinos, fue invadida por buldózeres y motosierras que echaron abajo el diseño acogedor de su estructura. Este hecho no es aislado, y ha seguido sucediendo, para vergüenza nuestra, en muchos sitios de mi ciudad natal, Pinar del Río, incluyendo la tala de unas 17 ceibas que en los últimos 50 años fueron derribadas por una u otra razón.
Nota 2: Cada año el planeta pierde cientos de miles de kilómetros cuadrados de bosques, y en correspondencia millones de seres humanos mueren de hambre, enfermedades y falta de agua. Mientras menor es la capacidad de la tierra para recuperarse, menor es la posibilidad del hombre de sobrevivir. La razón es una, hombre y árbol son uno solo, están unidos por un nervio únicamente visible para el ojo de Dios, una gruesa arteria que emerge del espíritu de ambos para conectarnos, sin adivinarlo, con ese mundo prometido del otro lado del horizonte y del tiempo.
Orlando Valdés Camacho
Pinar del Río, Cuba
Bajado por: J. RUIZ
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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jueves, 14 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
Lucas 9, 22-25
"...Niéguese a sí mismo". Hasta sentir, como San Pablo, que "no soy yo quien vive: es Cristo quien vive en mí". Negarse a sí mismo es renunciar a todo, hacerse nada, anonadarse, como lo hizo el mismo Jesús, quien, siendo Dios, se hizo el último de los hombres, por amor a nosotros y lograr nuestro rescate. Ciertamente esto no es fácil, especialmente en el mundo de hoy de un hedonismo y de un facilismo exagerados, en donde sólo se buscan los beneficios sin ninguna o con la mínima obligación. Ese es el problema: queremos la gloria de la Resurrección, sin pasar por el camino del Calvario. Y eso no es posible. "Levántate cada día, toma tu cruz y sígueme". En esta época de Cuaresma tenemos la oportunidad de ejercitarnos en llevar la cruz, con pequeñas renunciaciones, hechas con plena conciencia: privarnos de un programa que nos gusta, de un espectáculo al que queremos asistir, de alguna comida preferida, en fin, de cosas sencillas que nos pueden ir preparando para las grandes renunciaciones, incluso a la vida, si se llegan a presentar, y así, seguir verdaderamente a Jesús.
Propósito: Hoy dejaré de ver un par de programas preferidos en la televisión. ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO ! Jueves. Febrero 14 de 2013
J. RUIZ
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miércoles, 13 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
Mateo 6, 1-6.16-18
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Hoy, con la imposición de la ceniza, la Iglesia Católica da comienzo al tiempo litúrgico de la Cuaresma, tiempo de preparación para la celebración del Gran Misterio Pascual. La ceniza es un recordatorio de lo poco que somos y de la necesidad que tenemos de la conversión, si queremos de veras llevar una vida cristiana por un camino que nos acerque a la santidad, a la que, como seguidores de Jesús, estamos llamados, practicando la justicia, que consiste en vivir de acuerdo con los principios evangélicos. El ayuno, la oración y las obras de misericordia, o ayuda a los demás, son las herramientas que necesitamos para realizar con éxito esta labor. Pero debemos practicarlas sin ninguna clase de ostentación: en el silencio de nuestro corazón y de nuestra soledad interior, sin alardes, ni bombos ni platillos para llamar la atención de los demás, buscando ser reconocidos, pues entonces ya estaríamos recompensados. No. Estas cosas sólo deben ser entre Dios y nosotros; sólo debe importarnos lo que Él piense de ello, no el "qué dirán" de los demás. Si así lo hacemos, "el Padre, que ve en lo secreto, nos recompensará".
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré borrar de mi vida la palabra "ostentación".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Febrero 13 de 2013
J. RUIZ
martes, 12 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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lunes, 11 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
Marcos 6, 53-56
Al leer este pedacito del Evangelio de Marcos, pareciera que Jesús sólo se dedicara a curar enfermos. Y viéndolo bien, así es. Enfermos del cuerpo y del alma. Todos estamos en ese estado: unos más y otros menos, pero a todos nos aquejan tantas enfermedades que nos producen tanto sufrimiento, que nos pasamos la vida buscando la curación que nos produzca el alivio deseado. Y las gentes de aquellas tierras y de aquellos tiempos sabían y creían que solamente con que lograran tocar el ruedo de su vestido podrían ser curados. Y efectivamente lo eran, porque Jesús es la fuente de salvación (salud) que brota para la vida eterna. Únicamente se necesita creer en su bondad y su poder, abrirle nuestro corazón, acogerle en él y dejarle actuar libremente, "según su Palabra", como dijera María en frase inigualable de humildad y de abandono total a la voluntad divina. Estamos enfermos, busquemos la salud en la misma fuente y la obtendremos.
Propósito: Hoy mi oración será por la salud integral propia y de quienes me rodean.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Febrero 11 de 2013
J. RUIZ
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domingo, 10 de febrero de 2013
UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA
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