Lucas 9, 28-36
En La Transfiguración Jesús es confirmado, por la voz del Padre, en su divinidad y nosotros como coherederos con Él de su gloria eterna.- Y es tal la belleza, la dulzura y la alegría que se siente, que el bueno de Pedro solo atina a decir que qué bueno sería quedarse allí para siempre. Como Pedro, tenemos que vivir esa experiencia, sentir ese encogimiento del alma ante la suma belleza y ante la máxima dulzura, cuando entendemos que, fuera de eso. no hay nada que en realidad valga la pena. Y esto puede ocurrir durante la Eucaristía cuando el inenarrable misterio de la transustanciación nos acerca a la muestra inigualable del amor que sufre y muere, pero también resucita, por nosotros. Y si creemos que es todo un Dios el que hace eso...pues Pedro tenía razón: no hay nada más qué decir!
Propósito: Hoy, o cuando pueda asistir a la Eucaristía, trataré de sentir, con tu ayuda, Señor, la alegría de mi resurrección contigo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Agosto 6 de 2019
J. RUIZ
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