Mateo 18, 1-5. 10.12-14
Si no abrimos el corazón, no podremos escuchar la voz de Dios ni la de los demás.- Por eso son así los niños, porque ellos no han aprendido a cerrar puertas y su corazón siempre está abierto al amor del Padre-Madre que, ante esa actitud, tampoco puede cerrar el suyo y no puede hacer otra cosa que extender su mano para ayudarle en todo momento y procurar siempre su bienestar. La clave entonces para permanecer con el Padre-Madre es hacerse como un niño que aún no sabe de miedos y temores distintos al de la soledad y por eso lucha por estar siempre con Él. Hagamos lo mismo: que lo único que nos atemorice sea estar solos, sin Él.
Propósito: Que hoy, Señor, mi único temor sea alejarme de tí.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Agosto 13 de 2019
J. RUIZ
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