"...En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes rey de Galilea, su hermano Filipo rey de las regiones de Iturea y Traconítide, y Lisanias rey de Abilene, en tiempos de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, la palabra de Dios vino sobre Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto. Y fue por toda la región del Jordán predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías: Voz del que grita en el desierto: Preparen el camino del Señor; hagan rectos sus senderos; todo barranco será rellenado y toda montaña o colina será rebajada; los caminos torcidos se enderezarán y los desnivelados se rectificarán. Y todos verán la salvación de Dios." Lucas 3, 1-6
"En el año quince del reinado del emperador Tiberio...".- Es un punto y un momento concreto de la historia. No es una leyenda transmitida de generación en generación. Así de claro nos lo quiere dejar la Iglesia en este tiempo de Adviento, recordándonos los detalles históricos de la presencia real de Jesús entre nosotros. Porque los cristianos no somos testigos de una teoría sino de la presencia real de una persona en el momento más grandioso de la historia humana. Y por eso, desde los profetas, se venía preparando el camino para su llegada. Y hoy tenemos que seguir haciéndolo con la conversión de nuestra propia vida en senderos de paz, sin obstáculos de injusticias, de egoismos, de discriminaciones, tratando siempre de reconocer el rostro de Jesús en el de toda persona con que nos crucemos en el camino. Aprovechemos bien nuestro tiempo para fortalecer nuestra esperanza y rectificar nuestros caminos.
Propósito: Hoy quiero buscar un poco de silencio y de tranquilidad para revisar la ruta que llevo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Diciembre 9 de 2018
J. RUIZ
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