Lucas 1, 26-38
Y la puerta de la salvación se abrió por el SÍ de una niña que, por la fe, concibió primero en su corazón.- Sí, talvez antes de comprender muy bien lo que le pedía el ángel, ya María, por la confianza absoluta que dá la fe, con ese "hágase en mí según tu palabra", había hecho estremecer las columnas del cielo y de la tierra ante el cumplimiento total de la promesa de salvación del Dios de Amor a su pueblo castigado. Y con esta disponibilidad sin reservas ni condiciones a la voluntad de Dios, María se convierte en el paradigma del cristiano creyente, a quien nunca nos cansaremos de tratar de imitar. Intentémoslo porque, como dijo Gabriel, "ninguna cosa es imposible para Dios".
Propósito: Hoy repetiré con María: " Hágase en mí según tu palabra".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Diciembre 20 de 2018
J. RUIZ
Decir tu nombre, María
Decir tu nombre, María,
es decir que la Pobreza
compra los ojos de Dios.
Decir tu nombre, María,
es decir que la Promesa
sabe a leche de mujer.
Decir tu nombre, María,
es decir que nuestra carne
viste el silencio del Verbo.
Decir tu nombre, María,
es decir que el Reino viene
caminando con la Historia.
Decir tu nombre, María,
es decir junto a la Cruz
y en las llamas del Espíritu.
Decir tu nombre, María,
es decir que todo nombre,
puede estar lleno de Gracia.
Decir tu nombre, María,
es decir que toda suerte
puede ser también Su Pascua.
Decir tu nombre, María,
es decirte toda Suya,
Causa de Nuestra Alegría
(Pedro Casaldáliga)
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