Lucas 7,1-17
Humildad, amor y fe, viene a enseñarnos hoy un pagano romano.- Un centurión del ejército dominador de un país que se rebaja a suplicar a un judío, miembro del pueblo dominado, que le haga un favor, es algo para pensar. Y que, además, no lo pida para sí, sino para un criado suyo, seguramente también judío, que está en una necesidad y él lo ama mucho, ya como que no se entiende. Pero es que el amor es así: no reconoce barreras, ni se detiene a pensar en obstáculos, sino que crea una fe que es capaz de mover montañas, de secar un río, de vencer la muerte. Y, como en este caso, puede que no se encuentre entre los elegidos que ya se consideran seguros, sino entre los que apenas están buscando, tanteando entre la oscuridad de sus cuestionamientos. Por eso la admiración de Jesús por él, y por eso deber ser para nosotros, cristianos acomodados en el facilismo, un ejemplo permanente de: humildad, amor y fe.
Propósito: Hoy daré gracias al Señor por permitirme conocer a personas como el centurión romano del Evangelio y a otras contemporáneas que han exaltado con sus vidas esas tres virtudes.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Junio 30 de 2018
J. RUIZ