Juan 21, 20-25
Dios es el dueño de la vida, del tiempo y de la historia. Por eso a cada uno nos escoge como quiera, donde quiera y cuando quiera.- Y también por eso nos dice: "¿a tí qué? tú sígueme". No nos debe importar tanto, en nuestra vida espiritual, lo que hacen los demás, sino lo que hacemos nosotros, cómo lo hacemos y porqué lo hacemos. Nuestra respuesta a esa invitación debe ser personal, plenamente consciente y plenamente asumida. Así como Pedro era plenamente consciente de que, por más que jurara amor eterno, su debilidad no le permitiría, si no era con la propia ayuda de Jesús, llegar muy lejos, también nosotros debemos asumir nuestra debilidad y pedir la ayuda del Espíritu Consolador, aceptar su Palabra y tratar, sin importar consecuencias, de permanecer en ella y hacerla vida permanente en nuestro peregrinaje.
Propósito: Hoy procuraré no criticar a nadie más que a mí mismo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Mayo 19 de 2018
J. RUIZ
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