"...Se celebraba por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: ¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno".
Juan 10, 22-30
Las ovejas de Jesús, el Buen Pastor, son conocidas por Él, escuchan su voz y le siguen.- ¿Seremos nosotros ovejas de su rebaño? Es seguro que Él nos conoce mejor que nadie y que, de alguna manera, nos llama: una oración, una lectura, una conferencia, un acontecimiento, en fin. Él sabrá cómo y cuándo. Pero ¿nosotros, tendremos el corazón dispuesto, no sólo para escucharle, sino también para creerle y seguirle? Porque para ello tenemos que dejarlo todo, es decir, no dejarnos dominar por las cosas terrenales, sino ponerlo a Él en primer lugar para todo y estar con Él en las buenas y en las malas y querer a los demás, porque esa es su voluntad, "como a nosotros mismos", y estar dispuestos a compartir tristezas y alegrías, para que haya "un solo rebaño y un solo Pastor".
Propósito: Hoy procuraré tener conciencia de la voz de mi Pastor que me llama.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Mayo 9 de 2017
J. RUIZ
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