Lucas 1, 39-56
"¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Dios!".- La servidora, la silenciosa, la creyente, la generosa, la humilde, la llena de gracia, la que guardaba todas esas cosas en su corazón. Había sido escogida para ser puente en el cumplimiento de la promesa de Dios a nuestros primeros padres. Se comenzaba a preparar la llegada del Reino de Dios a la tierra. Una de estas mujeres traería a la "voz que clama en el desierto: preparad los caminos del Señor". Y la otra, al Señor que sería la salvación de la humanidad al pagar el rescate por la falta cometida. Ambas mujeres madres, causa de la alegría que antes embargaba a los hogares cuando nacía un niño, porque siempre la vida era considerada como un regalo de Dios, mientras que hoy, muchas veces, la maternidad es considerada como un impedimento para el libre desarrollo de la personalidad de la mujer, en esta sociedad hedonista, individualista y egoísta en la que sólo importan el bienestar personal y el tener. Volvamos a considerar esos valores que un día fueron motivo de felicidad y orgullo en las familias y luchemos para que no desaparezcan.
Propósito: Hoy consideraré el silencio, el servicio y la generosidad de la Madre de Dios.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Mayo 31 de 2017
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario