Marcos 7, 24-30
Necesitamos fe como la de la sirofenicia, que no se detenga ni ante los insultos de quien creemos que nos puede ayudar.- Porque esas palabras de Jesús debieron dolerle bastante, pues eso de perros era un insulto que utilizaban los judíos contra los que no eran de su nación. Sin embargo ella no se descompone sino que su amor por su hija y la necesidad de su curación, y talvez la ira contenida ante el insulto, le hacen pronunciar esa respuesta maravillosa de fe inconmovible: "sí, pero los perros pueden comer las migajas que caen de la mesa", con la cual desarma totalmente a Jesús, quien no puede menos que conmoverse y concederle lo que le ha pedido. Y para enseñarnos, no sólo el poder de la fe, sino el poder de la oración de petición.
Propósito: Hoy procuraré pensar y recordar durante el día esa fe maravillosa de la mujer pagana para pedir al Señor que aumente la mía.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Febrero 9 de 2017
J. RUIZ
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