Mateo 10, 34. 11,1
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Definitivamente lo de seguir a Cristo no es para blandengues. Las condiciones son duras y exigentes. Y Jesús las expone crudamente, con pelos y señales. Y habla, no de sembrar paz, sino espadas, o sea guerra, violencia. Pero no la violencia de "mataos los unos a los otros" a espada, o a cuchillo o a balazos. No. Es que, para ser discípulos, seguidores suyos tenemos que cambiar la forma de vida a que el mundo nos tiene acostumbrados. Y todo cambio implica rupturas. Y, generalmente, estas son violentas. Tenemos que romper con todas las ataduras que nos amarran y nos impiden seguirle: la soberbia, la injusticia con los más débiles, la molicie y el facilismo, la lujuria, la ira, en fin, tantas cosas que nos atraen con su brillo efímero, pero que no nos dejan ir por el "camino estrecho" y en subida, que lleva a la cima del Calvario. Pero si lo hacemos "por ser sus discípulos, no perderemos su recompensa".
Propósito: Hoy pediré al Señor que me haga "duro" en la lucha contra el mundo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Julio 14 de 2014
J. RUIZ
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