Juan 20, 24-29
El amor tiene que ser voluntario. ¿Qué tal que dijéramos: Te ordeno que me ames?.- Jesús pudo hacerlo, pudo imponernos su amor: tenía poder para ello. Pero el libre albedrío siempre imperó en la relación de Dios con su criatura. Por eso el amor por Jesús y nuestra fe en Él tiene que ser un acto completamente libre y voluntario al cual llegamos cuando somos capaces de darnos cuenta que, por su bondad y misericordia para con nosotros, nos ha ganado el corazón y éste se ensancha para llenarse con ese amor, con esa bondad y con esa misericordia para compartir con quienes lo necesiten, como Él nos ha enseñado, y que nos hará repetir con Tomás: "¡Señor mío, y Dios mío".
Propósito: Hoy quiero repetir la oración de Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!"
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Julio 3 de 2018
J. RUIZ
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