"...Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios. Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Este es de quien está escrito: He aquí que envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él. Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar el bautismo de él, frustraron el plan de Dios sobre ellos".
Lucas 7, 24-30
¿Cómo deben ser los mensajeros del Padre?.- ¿Como una caña agitada por el viento? No. Fuerte y sin doblez, como el acero. ¿Vestidos a la última moda? No. Austeramente, pero con dignidad. ¿Viven vegetando en medio de la molicie, francachelas y comilonas? No. Peregrinando y proclamando, con la palabra y con la forma de vida, el Reino de paz, amor y justicia que el Señor viene a traernos, como un profeta. En estos días, mientras Jesús habla de Juan, exaltándolo y poniéndolo como ejemplo, es como si nos estuviera mostrando cómo es que debemos vivir nuestra vida los que hemos sido bautizados y nos llamamos sus seguidores. Tratemos pues, con la ayuda del mismo Maestro, de imitar, hasta donde nos sea posible, al "más grande hombre nacido de mujer".
Propósito: Hoy pediré al Padre su ayuda para aprender a apreciar la vida austera, sin extravagancias.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Diciembre 15 de 2016
J. RUIZ
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