A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos |
Mateo 16, 13-19
Día de fiesta en la Iglesia Católica: conmemoramos el martirio de los dos grandes APÓSTOLES de la fe y del amor a Cristo. Pedro, la fe inamovible, inconmovible como roca que ha de soportar todas las tempestades de todos los tiempos, y Pablo, el amor de locura que lo llevaría por los polvorientos caminos del mundo conocido, a incendiarlo todo con ese fuego abrasador. Ambos fueron verdaderos testigos de la existencia de ese amor hasta las últimas consecuencias. Y ambos inspiraron a los miles y miles de mártires que vinieron después, en todas las épocas y en todos los lugares, hasta el día de hoy, para ser también testigos de que esa fe y ese amor no pueden ser escondidos, sino que tienen que ser proclamados y compartidos con todos los hombres de la tierra. Oremos al Buen Dios para que nos toque con una chispita de ese fuego y podamos así compartirlo con los que nos rodean.
Propósito: Hoy recordaré que una luz no se puede esconder ni a la sal se le puede quitar su sabor.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Junio 29 de 2014
J. RUIZ
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